lunes, 20 de septiembre de 2010

GORGE DU GAVE DE LESCUN


Después del capricho de Oscar, tocaba el mío. El Lescun es un descenso de cómodos acceso y retorno, y de corto recorrido, pero cuya característica principal es el caudal. No es que lleve un volumen de agua descomunal, al menos durante nuestro descenso, pero sí que plantea varios pasos que con caudal alto es necesario identificar, alguno fácilmente evitable y otros no tanto.

El descenso se encuentra más o menos paralelo a la carretera D239 que lleva a Lescun desde el desvío en la carretera principal N134. Subiendo por ella, tras varias curvas debemos identificar una hacia la derecha, en la que a este lado tendremos una pared rocosa, y al derecho un ensanchamiento y un pequeño muro de piedra de medio metro de altura que nos separa del talud. Aparcaremos aquí, donde no moleste, y al pie del pequeño muro mencionado tomaremos un sendero que desciende y, sin pérdida, lleva hasta un puente que cruza nuestro descenso. Aquí podemos evaluar el caudal, ya que se ve perfectamente el rápel de 12 metros. Cuatro o cinco metros más allá, saldremos del camino por la derecha, y remontaremos el barranco unos doscientos metros, casi sin traza, hasta bajar al cauce a la altura de un cartel que indica que es peligroso entrar en él.

Nos pondremos el neopreno con los primeros pasos del descenso a la vista: una pequeña cascada instalada para el rápel, que sin embargo puede saltarse sin ningún problema, y tras unos resaltes, enseguida el rápel de la marmita trampa sifonada. Viéndola, es evidente que no debe caerse dentro, pero sortearla no es nada difícil ya que la línea de rápel la evita completamente.































A continuación llega el rápel de 12 que hemos visto desde el puente. Baja fuerte, pero su recepción forma una seta que reparte el agua en todas direcciones. La línea de rápel roza la cascada. Una vez abajo, atravesamos una bonita sala, bajo el puente.




























Ya estamos en el rápel de 36 metros. Las aguas se dividen y forman dos cascadas separadas, pero eso no significa que el caudal se minimice. Por el lado izquierdo, el agua baja por un estrecho canalón durante la primera mitad de la cascada; por el derecho (nuestra opción), la cascada es amplia, pero el agua zurra con fuerza e impide la visión durante buena parte de la misma. La poza de recepción está bastante agitada...




Para salir de ella, superaremos un resalte de dos metros con un fuerte rebufo en su recepción. Saltándolo, evitaremos el jaleo y daremos por finalizado el descenso tras atravesar un pequeño pasillo que nos lleva a terreno abierto. Allí podremos quitarnos los trastos y volvernos para ver lo que acabamos de bajar:




















Con el trabajo hecho, las reseñas indican que se sale por un sendero que debe encontrarse a la izquierda. Después de buscarlo sin éxito, decidimos salir por la derecha, justo tras acabar el descenso. Subiendo por la ladera unos pocos metros, conectamos con un sendero que lleva a un prado. Bordeándolo por su derecha, alcanzaremos el sendero por el que hicimos el acceso, un poco más abajo del puente que cruza el barranco. Este retorno no tiene pérdida y permite echar un último vistazo desde arriba a la gran cascada y a la gran sala antes de marcharnos, un último recuerdo de un descenso que deja un buen sabor de boca. Breve pero intenso.

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