jueves, 27 de agosto de 2009

RIALE DI IRAGNA INFERIOR


Tercer día. David se quedó en el camping lesionado, y Judit haciéndole compañía. Quedábamos Carlos, Olga, Anaïs y yo, y decidimos acercarnos al Iragna inferior, a ver si su caudal ya se había normalizado. Una vez en el parking de salida, echamos un vistazo: las fotos de swisscanyon permiten evaluar perfectamente el volumen de agua del descenso observando los dos últimos toboganes, y todo indicaba que el caudal era normal, no peligroso. Por ello, decidimos entrar.

Nuevamente hablamos aquí de un descenso corto, de 20 minutos de aproximación y unas 2 horas de descenso aproximadamente.

Partiendo de Bellinzona, debemos tomar la Via Cantonale 2 en dirección a Biasca. Pasado Cresciano, giraremos a la izquierda para entrar en Lodrino, y desde allí seguiremos para llegar al pueblo de Iragna. Una vez en él, entraremos a la izquierda y buscaremos el final del barranco (grieta evidente), una gran poza a la que acude a bañarse la gente del pueblo. En el aparcamiento podemos dejar el primer coche, y con el segundo, cruzaremos el puente y continuaremos hasta el parking superior atravesando varias calles estrechas hacia la izquierda. En un cruce con una fuente y una figura curiosa en forma de gran bola de piedra, giraremos a la izquierda para subir por una carretera estrecha, hasta casi su final. Después de aparcar el segundo coche, continuaremos por el sendero que parte desde el final del asfalto. Después de pasar un oratorio y continuar hacia la izquierda, más adelante volveremos a desviarnos a la izquierda para ir al inicio del descenso. Ojo, porque el sendero principal sigue ascendiendo, en dirección al Iragna superior.

Al final del sendero, un pequeño rápel desde un árbol nos deja en el cauce, e inmediatamente entramos al agua para realizar un rápel de 14 metros.















Tras esta introducción llega ya el plato fuerte del descenso, un precioso rápel de 40 metros en el que descendemos entre la pared y la cortina de agua. Muy bonito.










































Estos pasos no habían dado ningún problema, pero aún así Carlos y Olga decidieron abandonar tras este rápel, utilizando el escape que existe en la orilla izquierda. Anaïs y yo continuamos: un par de toboganes, y acto seguido un rápel de 22 metros canalizado y con recepción algo agitada, aunque evitable desde una instalación alternativa a la izquierda. Fue el único punto que podía plantear algún tipo de problema, pero era facilmente sorteable.








Continuamos a través de un pasillo, superamos un resalte con una cuerda fija y llegamos al puente cerca del cual hemos dejado el segundo coche. Aquí el barranco se abre momentáneamente.




















Aguas abajo, un salto de 5 metros nos deja en una poza con salida en forma de pasillo largo y estrecho. La reunión del siguiente rápel, de 22 metros, se encuentra al final del mismo, a la derecha, y acceder a ella puede ser complicado con caudal alto. Por lo demás, el rápel es también muy estético, se canaliza y gira a izquierdas tras atravesar el chorro.




















Ya queda poco. Un tobogán y un salto de 6 nos llevan a un rápel de 14 metros, desde el que ya vemos el final del descenso. Tras él, dos toboganes de 4 y 3 metros nos dejan en la poza final, rodeados de bañistas y cerca del aparcamiento del primer coche, al que llegaremos siguiendo la pista hacia la derecha.

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